En la transformación a no sé que cosa, en la osadía de la poca cosa, en el producto adverso de un pasado que ya no reniego y de un semblante que ya no pretendo sostener.
Escribir da forma, al menos no tan caótica, a eso que justamente desborda, hace cuerpo a mi cuerpo, en donde ese cuerpo fluye hacia mí.
Quiero formar parte de otra cosa, quizás de eso se trate la cosa, esa cosa por la que empecé nombrando, transformación... ¿de que? ¿a que? No sé. O mejor, se dice que uno no quiere saber sobre esa cosa.
Lo que si sabemos de la cosa, es que insiste y... ¡vaya señor que insiste! Al menos ahora, permítame insistir en otra cosa. ¡Basta! Hasta acá llego la cosa, ¿ves que no podemos habar de cualquier cosa?

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