¿Has visto la hora? Ya desafiamos la ley.
¿Te seduce la sensación de la distancia, de lo imposible o del éxtasis de aquel momento?
De aquellos juegos de seducción de los cuales caigo preso y me dejo llevar en esta noche lluviosa, con un sonido de fondo que me cautiva. Dime entonces, ¿cómo pretendes que todo aquello que cae por el teclado sea real?
dime entonces ¿cómo puedo hacerte mía en esta noche fría? Que la distancia, sea aquella parte que motive y genere tensión, pero que se rompa al mismo tiempo, como un desfasaje temporal, para poder decirte mía, pero no por la virtualidad, no por la pantalla, sino por el tacto, por la piel, que la palabra no necesite ser expresada más que con solo el acto de aquello que se vuelve sublime en el encuentro. Porque después de todo, solo puede ser un móvil, una foto, un mensaje, de tantos, o puede ser un desfasaje, para otra cosa.
Y para poder, decirte, sin necesidad de escribirlo, ahora si, eres solo mía.
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